No siempre supe quién era.
Por muchos años viví cumpliendo papeles,
soportando cargas que no eran mías,
silenciando emociones que me habitaban.
Hasta que el cuerpo dijo “basta”.
Hasta que la vida me puso frente al espejo.
Y no tuve más opción que mirar… y recordar.
Mi transformación no empezó con un curso,
ni con una técnica,
sino con una decisión íntima:
dejar de huir de mí.
Solté la armadura.
Lloré lo negado.
Y empecé, por fin, a habitarme.
Hoy soy mujer.
Soy madre.
Soy humana.
Y desde ahí, acompaño.
No desde la perfección,
ni desde el lugar de quien “ya lo logró”,
sino desde el camino andado, sentido y atravesado.
Soy la creadora del Método C.D.S.,
una síntesis viva que surgió desde mi propio proceso.
Un mapa interior que acompaña a otras mujeres a conocerse, descubrirse y elegirse.
Acompaño a mujeres que han olvidado su voz.
Que sienten un vacío, pero no saben aún por dónde empezar.
Mujeres que sostienen demasiado, que se exigen en silencio…
y que anhelan, profundamente, volver a sí mismas.
🌷 Creo en los procesos lentos, honestos, humanos.
🌿 Creo en el poder de mirarnos sin juicio.
🔥 Y creo en la libertad que nace cuando nos elegimos de verdad.
🔹 ANTES DE TODO
Vivía para los demás.
Cumplía con todo, pero me sentía vacía.
Silenciaba mis emociones. Sostenía lo insostenible.
🔹 EL CUERPO DIJO “BASTA”
Llegó el síntoma. El agotamiento.
Las lágrimas escondidas. La ansiedad sorda.
Y con ello, la pregunta: ¿dónde estoy yo?
🔹 EL MOMENTO DE PARAR
No fue una decisión mágica. Fue un cansancio profundo.
El cuerpo y el alma necesitaban presencia.
Ahí empezó todo: la rendición.
🔹 LA PRIMERA MIRADA HACIA DENTRO
Dejé de buscar fuera.
Y empecé a escuchar dentro.
A llorar lo negado. A escribir. A sentir.
Y también… a perdonarme.
🔹 EL NACIMIENTO DEL MÉTODO C.D.S.
Las palabras y los pasos se ordenaron solos.
El método no nació de un libro. Nació de mi camino.
Conocer mi verdad, descubrir mi esencia, y finalmente… elegirme.
🔹 HOY
Acompaño a mujeres a recorrer su propio regreso.
Sin prisa. Sin juicio. Sin fórmulas.
Solo presencia, cuerpo, amor y verdad.
No tengo 30 años de títulos.
Tengo 30 años de vida vivida desde dentro,
de haber transitado emociones que me rompieron por dentro,
de haberme sostenido en el silencio, en la soledad y en la búsqueda sin nombre.
Viví etapas donde no sabía quién era.
Donde todo era exigencia, culpa, vacío.
Donde me despertaba con una sola pregunta:
¿Esto es todo lo que hay?
Y lo que encontré… fue algo más grande que respuestas:
encontré presencia, expansión y verdad.
Porque sé lo que se siente vivir en un vacío que duele más que cualquier herida física.
Porque no puedo vivir tranquila sabiendo que tantas mujeres siguen ahí,
creyendo que no hay salida,
esperando sin esperanza,
sobreviviendo.
Porque cuando encontré mi expansión… no pude callarlo.
Y comprendí que ese vacío era una consecuencia —no una condena—.
Desde el cuerpo. Desde la escucha. Desde el alma.
Acompaño porque sigo caminando.
Porque no me creo experta,
pero sí una mujer despierta que ha transformado el dolor en propósito.
Mi forma de acompañar no impone, no corrige, no empuja.
Sostiene. Escucha. Acompaña.
Este no es mi trabajo.
Es mi progresión.
Es mi forma de dar sentido a todo lo que viví.
Y de tender la mano a quien, como yo, estuvo a punto de rendirse.
Gracias por estar aquí.
Gracias por mirar hacia dentro.
Gracias por recordarte.
Esta casa digital es solo una puerta.
El camino empieza dentro de ti.